Símbolos e Imágenes que representan al Espíritu Santo
Reflexión sobre los nombres, imágenes o símbolos con los que se habla y representan al Espíritu Santo ya sea en el en el Antiguo Testamento o en el nuevo.
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Introducción
La Sagrada Escritura está llena de imágenes. Desde el Antiguo Testamento al Nuevo Testamento las narraciones están llenas de símbolos, de imágenes. La liturgia también se sirve de ellos. Muchas de estas imágenes han servido para representar al Espíritu Santo. Vamos a ver las más utilizadas.
También puedes encontrar más reflexión sobre las imágenes y símbolos del Espíritu Santo en la reunión de introducción a pentecostés.
El viento y el soplo
La imagen del viento o del soplo es la más, ya que la palabra del texto bíblico que traducimos como espíritu, ya sea del hebreo o del griego, significa soplo. El viento barre las nubes, levanta el polvo del suelo, arrastra lejos las semillas para que puedan germinar en otra tierra nueva. en nuestro cuerpo, el soplo nos aporta el oxígeno. El Espíritu es movimiento, circulación, vida. Es radicalmente opuesto a lo que es inerte.
Cualquier palabra, con el transcurso de la historia, se va enriqueciendo. Pero constatamos que, en el N. T. , este símbolo natural permanece presente: Jesús entrega el espíritu en su último suspiro (Jn. 19,30); sopla sobre sus apóstoles para darles el poder de perdonar los pecados (Jn. 20,22); Pentecostés comienza con un ruido como una ráfaga de viento (Hch. 2,2).
No tenemos que limitar el simbolismo del espíritu al viento que llena las velas o que logra desordenar lo que está demasiado ordenado. El espíritu es también el soplo que viene desde el interior. El ha llegado a ser lo que es porque Dios le ha comunicado su aliento de vida. El espíritu habita en nosotros, nos conduce desde nuestro interior. Es el huésped, el maestro interior.
La fuente y el agua
En el A.T., la imagen del agua se utiliza para explicar el crecimiento de la vegetación, para significar el don de la vida. Podemos remitirnos al texto de Ezequiel 47: el agua brota del Templo hacia el Oriente y hace que renazca la vida. Esta profecía nos sirve para entender al evangelista San Juan, cuando describe que del costado de Jesús salió agua (Jn. 19,34). Este agua es de una fuente inagotable, es el agua de la vida. Cualquier fuente tiene algo de misterioso. Se ve de dónde brota, pero no se sabe de dónde viene. (Jn. 4,14; Jn. 7,37-39). El símbolo del agua, también nos hace ver una semejanza entre el Espíritu y el Reino. El agua del espíritu mana cada vez más abundante, así como la semilla del Reino se va extendiendo y produce cada
La paloma
Entre todas las imágenes del Espíritu Santo, la paloma tiene un lugar privilegiado. La encontramos en las representaciones que se han hecho del bautismo de Jesús. Jn. 1.32: “He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo». En los cuadros de la Anunciación también se ha representado al Espíritu, en forma de paloma.
En el A.T., encontramos a la paloma la final del diluvio, volviendo al arca con una rama de olivo y Dios establece una alianza. (Gn 8, 6-22). En el Cantar de los Cantares, la paloma es el símbolo de la amada. Esta amada es Israel, la deseada de Dios. También será utilizando este símbolo por el profeta Isaías: (Is. 38, 14; Is. 59,11).
El fuego
El fuego se utiliza, con frecuencia, en el A.T., para narrar las manifestaciones de Dios. Cuando establece la alianza con Abraham. (Gn. 15,17); en la escena de la zarza ardiendo (Ex. 3, 2); en el Monte Sinaí, al entregar las tablas de la Ley (Dt. 4,33); la columna de fuego que guía al pueblo durante la subversión, de la destrucción, llega a separar el oro de la escoria. Incluso se habla que la acción extrema purificadora es la gehena del fuego. En la Escritura, el fuego es también, imagen del amor que crece en los corazones. (Ct. 8,6).
Al inicio del N.T. , Juan Bautista habla de un bautismo en Espíritu Santo y fuego. (Lc. 3,16).
Jesús anuncia que ha venido a poner fuego en la tierra (Lc. 12,49) y después hablará de su bautismo.
En pentecostés, las lenguas de fuego se posan en los apóstoles y se llenan del Espíritu Santo. (Hch. 2,1-4)
El aceite y el crisma
Los reyes de Israel eran ungidos por el aceite. El Mesías debería ser también ungido y Jesús recibirá en plenitud la unción del Espíritu de la promesa. (Ef. 1, 13).
El signo de la unción con óleo, será utilizado en la liturgia. ( 2 Cor. 1,22). A este aceite que se extiende y se convierte en fuerza interior (Sal. 133, 2), se añade el perfume. El cristiano es el buen olor de Cristo (2 Cor. 2, 15-16), si es fiel a su Espíritu.
Para trabajar este tema en grupo
Podéis repartir por grupos las imágenes explicadas, leyendo y comentando algunos pasajes de la Biblia.
- El viento: Gn. 1, 2; 2, 7; 3, 8; 1R 19, 11-12; Is.30, 27, 33; Sal. 31,6; Sb. 15, 7-13; 1 Cor. 15, 35-53.
- El agua: 1 R. 18, 41-46; Is. 44,1-5; Jr. 2, 13; Ez. 47, 1-12; Jn. 4, 7-42; 7, 37-39; 19,34; Ap. 22, 1-21.
- La paloma: Gn. 8, 6-22; Ct. 2; 14 ; Mt. 3, 16.,
- El fuego: Gn. 15-17; Ex. 3,1-6; Dt. 4,33 ; Ct. 8,6; Lc. 12,49; Lc. 24, 13-35.
- El óleo: 1S 10, 1-7;16; Sal. 45, 8; 133; Za 4, 1-14; Mc 6, 13.
¿Entre las diferentes imágenes del Espíritu, cuál es la que más o sugiere?
Podéis pensar en otras imágenes con las que representar al Espíritu Santo. También se podrían dibujar, etc…
Foto de Samara Doole en Unsplash