Plan para educar la Espiritualidad. Enseñar a orar a jóvenes
Propuesta de plan de espiritualidad, etapas y contenidos para promocionar la oración, educar y enseñar a jóvenes a orar. Planteamiento para incorporar de forma integral la interioridad en la pastoral.
Índice de la página:
Introducción
Educar la espiritualidad, enseñar a orar al joven, sigue siendo la propuesta clave para una correcta pastoral juvenil.
No hay ningún documento de la Iglesia en la que no se apoye la idea de que no existe pastoral sin educar y potenciar la espiritualidad.
Los destinatarios de este plan son los educadores de jóvenes; por esta razón no es un plan excesivamente técnico o teológico; sino enfocado a la práctica pastoral.
A través de él se pretende orientar a los educadores para que sepan los pasos que deben de dar y qué medios pueden utilizar en la formación espiritual de sus jóvenes.
Esperamos que os ayude a todos a mejorar el trabajo de la interioridad en vuestros grupos, un rasgo que se debe priorizar en todo grupo joven que se considere cristiano.
Agradecemos la colaboración de los distintos jóvenes que han participado en el equipo de espiritualidad, de los consiliarios y sacerdotes que han enriquecido el plan con sus aportaciones.
Este plan es para que lo llevéis a la práctica. Esperamos vuestras aportaciones para mejorarlo en años venideros.
La espiritualidad en los grupos de jóvenes. Enseñar a orar
En ambientes juveniles es bastante raro oír hablar de espiritualidad. Bastaría preguntar a un joven qué opina de la santidad para darnos cuenta de ello. No siempre en nuestros grupos tenemos en cuenta la necesidad de enseñar a orar al joven.
Sin embargo, cada vez es más necesaria una espiritualidad para los jóvenes. Hemos de ser capaces de ofrecerles un modelo de vida cristiana espiritual para vivir en autenticidad y sin dejar de sentirse plenamente jóvenes de hoy.
El Concilio Vaticano II lanzó la espiritualidad para todos los cristianos, para todos los bautizados y por tanto para todos los jóvenes cristianos.
Un joven es una persona espiritual cuando entiende y reorganiza su vida a partir de una opción total por Jesucristo y por su causa.
Toda espiritualidad ha de ser vivida, experimentada.
Los grupos de jóvenes irán formando su espiritualidad la cual brotará de las experiencias grupales y de sus miembros.
La experiencia fundamental del grupo cristiano surge de las mismas palabras de Jesús: “os enviaré de parte del Padre el Espíritu de verdad” y “cuando dos o más estéis reunidos en mi nombre, allí estaré yo.”
Debemos apostar por una espiritualidad para los jóvenes, abierta, humanizadora, centrada en Cristo, movida por su espíritu y con clara opción por todo lo humano. Aceptando los pluralismos pero guardando la unidad. La espiritualidad que se impone es la de Jesús.
Una definición de espiritualidad
Buscando una definición para espiritualidad
No es fácil llegar a definir el término espiritualidad de forma concreta. Podríamos decir que espiritualidad es la expresión de una vida espiritual, entendida esta como vida en el espíritu.
La vida espiritual es algo más que la vida interior (inteligencia, voluntad, etc. ), es la vida del ser humano movido por el Espíritu de Jesús. El Espíritu Santo es el alma de la Iglesia y el agente principal de la evangelización.
Toda vida cristiana auténtica debería ser una vida espiritual, estando marcada, a lo largo de sus distintas etapas por la presencia de Cristo y de su Espíritu.
La espiritualidad apunta hacia la vida interior, hacia la vida cristiana vivida en profundidad, en relación continua con su fuente, es la vida de Dios en la persona.
Su fundamento lo tenemos en la gracia bautismal por la que el cristiano recibe la gracia divina: Dios va a habitar en él. La vida espiritual será el desarrollo de esta vida divina, su crecimiento.
La espiritualidad pues, se refiere a las relaciones entre Dios y el alma, a ese dialogo interior que hay en cada persona.
Interioridad: Persona y vida espiritual
Normalmente no tendríamos por qué separar vida cristiana y vida espiritual. La interioridad debería ser una faceta más de nuestra vida cotidiana.
Una persona es espiritual cuando su identidad está resignificada en torno a Jesucristo.
En el Nuevo Testamento se llama caminar según el Espíritu a la vida propia del discípulo de Cristo.
Según la Escritura, el encuentro con Cristo, vida en el Espíritu, ruta hacia el Padre, son las dimensiones de todo caminar espiritual.
Espiritualidad cristiana no es más que vivir según el Espíritu de Cristo.
Esta vida en el espíritu no significa fuga del mundo, desarraigo de lo terreno. No es la vida según el alma y sin el cuerpo, ya que es la persona integral, ubicada socio-históricamente, la que se relaciona con Dios, con el hombre, y consigo misma.
A lo largo de la historia de la Iglesia se ha mostrado la gran riqueza de dones del Espíritu por medio de las diferentes espiritualidades y escuelas espirituales.
Todos son cristianos; pero no todos lo actualizan de la misma forma, ya que cambian los sujetos, las circunstancias, el momento histórico, etc.
La historia de la espiritualidad es también la de las distintas lecturas, interpretaciones y actualizaciones que los cristianos han hecho del misterio de Cristo.
Se habla de caminar hacia una nueva espiritualidad, entendiendo por ello una espiritualidad que responda a los retos de la nueva situación socio-cultural en la que vivimos los cristianos en el mundo actual y en esta nueva espiritualidad se han de incluir los jóvenes.
La necesidad de un plan para educar la espiritualidad
El movimiento Iuvenes no es ajeno a estas grandes inquietudes de la Iglesia. Consciente en su tarea de formar jóvenes que sean evangelizadores de otros jóvenes, ha elaborado este plan de espiritualidad.
Existen grupos de jóvenes que llamándose cristianos, cojean o carecen, de los fundamentos de una espiritualidad que les ayude a crecer en esas etapas de formación y maduración en la fe. Creemos indispensable que estos grupos deben educar y desarrollar una espiritualidad seria que les ayude a caminar en profundidad.
La juventud cristiana, más que nunca, ha de ser capaz de dar razón de su fe mediante el testimonio de una vida coherente con el Evangelio. Para esto es importante conseguir enseñar a orar.
La escucha de la Palabra y su interiorización, el diálogo constante con Dios y la asiduidad de los sacramentos, serán el alimento para llegar a un compromiso de servicio en la Iglesia y en la sociedad.
Los jóvenes testigos de Cristo, apóstoles de otros jóvenes, necesitarán el trato continuo de amistad con ese Dios. Dios cuyo deleite es estar con los hijos de los hombres. Nadie da de lo que no tiene y para hablar de Dios hay que haber hablado antes con Dios.
Desarrollo del plan de Espiritualidad
Consulta los detalles de etapas con objetivos y contenidos en el siguiente artículo donde está todo el detalle del plan de espiritualidad Iuvenes.