Orar con los salmos
Como práctica para orar en grupo se propone el ejercicio de orar con los salmos. Para hacerlo, vamos a seguir la estructura descrita para la oración comunitaria y nos centramos en uno de los salmos de la biblia.
Índice de la página:
Cómo organizar la oración comunitaria con los salmos
A tener en cuenta
Ya se ha comentado la importancia de cuidar la ambientación del lugar para la oración.
Es conveniente tener una hoja para cada participante con el salmo que vayamos a leer.
El número de participantes recomendados es no superar las ocho o diez personas.
Para evitar distracciones sería adecuado que los participantes dejen sus móviles en la entrada, apagados o silenciados.
Ambientación
Siempre que sea posible, nos colocamos en círculo, cerca unos de otros y en una postura de meditación.
Tras unas palabras de acogida y que inviten a la oración por parte del animador, se comienza haciendo un tiempo de breve de silencio. De esta preparación depende en gran parte la profundidad de penetración de la Palabra.
Se hace un acto de fe en la presencia de Cristo y en el poder transformante de su Palabra. Es decir, una oración o animación que afirme explícitamente la presencia de Cristo, que invite a estar abiertos a su Palabra.
Se invoca al Espíritu Santo.
Escucha de la Palabra: Orar con los salmos
El lector lee el salmo escogido, con calma, haciendo las pausas necesarias para que todos puedan entender lo que se lee.
Ecos de la Palabra
Después de una lectura de todo el salmo, se repite la primera parte o una parte de la misma.
Cada uno puede repetir la palabra o la expresión que le haya llegado más a lo íntimo.
Después de cada intervención, se vuelve al silencio para permitir que la palabra pronunciada se abra paso en el corazón de cada uno de los participantes.
Se puede repetir una expresión, aun cuando acabe de ser dicha por otros, siempre que refleje la experiencia interior de quien la pronuncia.
Se pasa, sin prisas, a la estrofa siguiente, y se prosigue de esa manera. De esta forma el grupo va haciendo el ejercicio de orar con el salmo o salmos escogidos.
Oración compartida
Al final, puede tener lugar una oración compartida, en la que cada uno se exprese en forma de alabanza, de petición, de intercesión, de ofrenda, etc., inspirándose en los contenidos del salmo.
Podemos alternar estos momentos de oración compartida con algún salmo.
Momento final
Es importante no terminar con brusquedad. El animador puede recoger con algunas palabras todo lo vivido e invitar a rezar un Padre Nuestro y el canto final.
Esta propuesta de orar con los salmos, como toda oración comunitaria, crea un vínculo muy fuerte entre los participantes, los acerca desde lo mejor de sí mismos y es un modo excelente para construir una «comunidad».
Salmos propuestos
Podemos elegir un salmo para cada momento y situación.
Cuando tengas necesidad de paz:
- Salmos 1, 4 y 85
- Lucas 10, 38-42; Efesios 2, 14-18
Cuando sientas necesidad de orar:
- Salmos 6, 20, 22, 25, 42 y 62
- Mateo 6, 5-15; Lucas 11, 1-3
En momentos de tristeza:
- Salmos: 33, 40, 42 y 51
- Evangelio: Juan 14
Si te sientes abandonado:
- Salmos: 26 y 35
- Mateo 10; Lucas, 17; Romanos, 12
Cuando hayas pecado:
- Salmos: 50 y 31
- Lucas 15 y 19
Cuando vayas a la Iglesia:
- Salmos: 83 y 121
Cuando te veas en peligro:
- Salmos: 20, 69 y 90
- Lucas 8, 22-25
Si Dios nos parece algo lejano:
- Salmos 59 y 138
- Mateo 6, 25-34
Cuando falten los ánimos:
- Salmos, 12, 23, 30, 41 y 42
- Juan 3, 1-3
En caso de duda:
- Salmo 108
- Lucas 9, 18 -22; Juan 20, 10-29
Ante el cansancio:
- Salmos 22, 42, 45 ,55 y 63
En caso de enfermedad:
- Salmos 6, 32, 38 y 40
- Mateo 26, 39; Romanos 5, 3-5 y Tito 5,11