Introducción al significado de Pentecostés
Esta reunión trabaja en grupo el significado de Pentecostés. Puede utilizarse en grupos de jóvenes, catequesis de confirmación o en otras áreas de pastoral.
Pentecostés es la conclusión de la obra de Jesús. Si los profetas habían anunciados tiempos mesiánicos donde se haría presente el Espíritu, ahora se cumplen.
Con Pentecostés termina el movimiento de disgregación y separación entre las personas (que resume el relato de Babel) y pasamos a ser un solo pueblo, comunidad, con el lenguaje común del amor.
Índice de la página:
Objetivos
- Reflexionar sobre la festividad de Pentecostés
- Revisar los que conocemos del Espíritu Santo y lo signos que se utilizan en la iglesia
- Profundizar en que como miembros de la Iglesia tenemos un compromiso
Dinámica inicial. Vida
Presentación de los signos del Espíritu
En el credo cristiano el Espíritu Santo es Dios, al igual que Jesús o que Dios Padre, sin embargo se habla menos de él, se le representa a través de símbolos como el agua, el viento, la paloma… que lo dejan como un personaje más etéreo y misterioso. Puede ser difícil de imaginar.
Vamos a hablar de cada uno de estos signos que identifican al Espíritu Santo en los sacramentos o la liturgia.
Se reparten entre los asistentes unas tarjetas con cada uno de los símbolos que aparecen abajo. Por grupos, cada uno son el símbolo que tenga, se hace una lluvia de ideas sobre posibles significados de ese símbolo.
Tras este trabajo en grupo se ponen en común y el animador va recogiendo las ideas, resaltando las más adecuadas y explicándolos.
- El agua, símbolo de limpieza, de vida, sin el agua es imposible la vida. En los sacramentos es el símbolo de la regeneración de nuestro bautismo.
- Crisma, es el aceite con el que se nombraba a un rey. Pasó a identificar al Mesías y ahora evidencia nuestra pertenencia a Cristo salvador y liberador del pecado y la muerte.
- Fuego, símbolo del calor, de la luz en la noche. Necesario para refugiarse, y para cocinar. Símbolo de renovación y de regeneración y de la fuerza que el Espíritu infunde en nuestras vidas.
- Vestiduras blancas, símbolo de pureza: representan el sello y la vida nueva en Cristo.
- Imposición de manos, símbolo de la invocación del Santo Espíritu empleado en el Nuevo Testamento.
- Paloma, animal con el que se simboliza la presencia del Espíritu en algunos pasajes del Nuevo Testamento.
- Luz, simbolizada por el cirio pascual, que nos recuerda que Cristo es la verdadera luz del mundo.
Palabra. Reflexión del significado de Pentecostés
A lo largo de toda la historia de la salvación Dios siempre ha estado al lado del hombre. Una prueba evidente de esto es la presencia de su Espíritu derramado sobre los profetas. Ya en el nuevo testamento veremos como Jesús tiene una especial relación con el Espíritu Santo. Este Espíritu se derramará sobre todos sus discípulos, miembros de la Iglesia, este es el significado de pentecostés.
El Espíritu del Señor está sobre mí
El Evangelio nos muestra el cumplimiento de la Escritura del profeta Isaías, en la figura del Mesías, en Jesús de Nazaret.
Fue a Nazaret, donde se había criado, y según su costumbre entró un sábado en la sinagoga y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías. Lo abrió y dio con el texto que dice: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido para que dé la Buena Noticia a los pobres; me ha enviado a anunciar la libertad a los cautivos y la vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos, para proclamar el año de gracia del Señor. Lo cerró, se lo entregó al empleado y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Él empezó diciéndoles: —Hoy, en presencia vuestra, se ha cumplido este pasaje de la Escritura. Todos lo aprobaban, y estaban admirados por aquellas palabras de gracia que salían de su boca.
Lucas 4, 16-22
Se llenaron todos de Espíritu Santo
Jesús promete el Espíritu Santo que descenderá sobre todos los discípulos
Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De repente, un ruido del cielo, como de un viento huracanado, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer una lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar.
Hechos de los Apóstoles 2, 1-4
La venida de Jesús al mundo, supone que Dios se haga hombre y tome nuestra condición humana. Pero la presencia de Dios no es solo la de Jesús el tiempo que vivió entre nosotros. Dios nos envió al Santo Espíritu, para que estuviera con nosotros hasta el fin de los tiempos.
Esta presencia del Espíritu con nosotros, nos da la seguridad de que también podemos hacer en el mundo, las mismas cosas que Él hizo, teniendo sobre Él el Espíritu del Señor.
¿Qué debemos hacer hermanos?
El mismo día de Pentecostés, tras la llegada del Espíritu Pablo tomará la palabra para explicar el significado de lo ocurrido.
Por tanto, que toda la Casa de Israel reconozca que a este Jesús que habéis crucificado, Dios lo ha nombrado Señor y Mesías. Lo que oyeron les llegó al corazón y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: —¿Qué debemos hacer, hermanos? Pedro les contestó: —Arrepentíos, bautizaos cada uno invocando el nombre de Jesucristo, para que se os perdonen los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Pues la promesa vale para vosotros y vuestros hijos y los lejanos a quienes llamará el Señor nuestro Dios. Y con otras muchas razones les argüía y los exhortaba diciendo: —Poneos a salvo, apartándoos de esta generación malvada. Los que aceptaron sus palabras se bautizaron y aquel día se incorporaron unas tres mil personas. Eran asiduos en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la solidaridad, en la fracción del pan y en las oraciones.
Hechos 2, 36-41
Nosotros cristianos, bautizados en el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo, queremos participar y en la construcción del mundo nuevo que nos proclama el Evangelio que hemos escuchado: quieren dar la buena nueva a los pobres, proclamar a los cautivos la liberación, dar la vista a los ciegos, dejar la libertad a los oprimidos y anunciar por doquier, una especie de amnistía que reúna a todo tipo de injusticia y discriminación social o personal.
El Espíritu del Señor sobre nosotros, al igual que sobre Jesús, provoca a necesidad de transmitirlo por todo el mundo, que nuestra vida de fe, sea una vida en continua misión.
Ahora es nuestro tiempo
La proclamación de la buena nueva a los hermanos, es el mensaje fundamental del libro de los Hechos de los Apóstoles. Nosotros en esa línea deben actuar, transparentando a Jesús de Nazaret en nuestras vidas.
Y todo para que pueda haber alguien que nos diga: «¿Qué debemos hacer Hermanos?» (Hechos 2,37).
Pedimos con intensidad la fuerza del Espíritu, que Él nos ilumine y nos dé fortaleza para llevar a cabo la tarea que Jesús nos encomendó: la construcción del Reino de Dios, presente ya aquí en la tierra.
Mirada Nueva. Compromiso
Hemos visto el papel del Espíritu Santo y el significado de Pentecostés, como este Espíritu habita en nosotros, queremos comprometernos en nuestra vida.
Luchando contra del mal, renunciando a todo lo que pueda perjudicar a los demás:
- El egoísmo, la violencia y la venganza
- La mentira y la hipocresía, de la envidia y el odio
- y a toda injusticia que nos lleve a ponerle daño sobre los hermanos.
Buscando la fortaleza del Espíritu Santo para evitar:
- Nuestras indiferencias y penas hacia los demás
- Excusarnos en nuestras debilidades
- Las cobardías y que suponen un perjuicio de nosotros mismo.
- Una vida virtual de materialismo y sensualidad
- Fomentar la tristeza, las desconfianzas y el escepticismo.
Por otro lado, queremos vivir teniendo como ejemplo a Jesús de Nazaret con espíritu abierto y comprensivo; amando incluso a los, que pensamos diferente a nosotros y ayudándoles.
Arriesgando estamos dispuestos a llevar el Evangelio a los demás, como signo de que creemos en ti.
Oración
Gracias, Señor, Dios mío,
por todo lo que has hecho en nosotros
guarda en nuestros corazones los dones de tu Santo Espíritu,
para que nunca sintamos vergüenza
de dar testimonio de Cristo crucificado,
y cumplamos siempre con amor su voluntad.
Amén.
Photo by Pedro Lima on Unsplash