Libro de los 7 signos del evangelio de San Juan

En el segundo capítulo del evangelio de San Juan comienza toda una sección en las que el evangelista nos presenta los 7 signos realizados por Jesús para mostrar su ministerio.

Al igual que en el resto de los evangelios, Juan comienza con la predicación de Juan bautista y acaba con la pasión y la resurrección.

En medio del evangelio tenemos esta sección que podemos considerar el «libro de los signos» donde a medida que avanzamos se desarrolla la idea del camino hacia la cruz cada vez más insistentemente .

En el libro de los signos se van presentando una serie de temas, entre ellos luz / tinieblas, vida / muerte, palabra y gloria de forma entrelazada y cada vez con más profundidad.

Por ejemplo, el simbolismo del templo, que aparecía ya en el prólogo con “plantó su tienda” y con el “hemos visto su gloria”, reaparece claramente en el capítulo 2, donde Jesús purifica el templo. Vuelve a aparecer en la escena de la samaritana en donde todos los lugares sagrados (Jerusalén y el monte Garizín, Jn 4, 21) quedan superados por la presencia del Mesías (4, 25-26). Además podemos volver a encontrarlo en otros varios episodios hasta la escena del calvario.

Los siete signos del evangelio de Juan

Juan mantiene únicamente 7 milagros o signos, como los llama en el evangelio. Tenemos algunos muy desarrollados como una catequesis, otros también lo son aunque no tan claramente y un último grupo está presentado de forma más sobria.

Los siete signos que aparecen en el evangelio son:

La boda de Caná: cambio del agua en vino (Jn 2, 1-11)

¿Cómo pueden comenzar los milagros signos de Jesús con un banquete de bodas?

Es necesario leer muy atentamente el texto. Jesús presenta un papel diferente del asceta Juan el Bautista.

Los tiempos mesiánicos o el fin de los tiempos eran representados como un banquete.

Jesús aporta un vino nuevo en oposición al agua de las purificaciones judías. No ha «llegado la hora» de Jesús, pero en Caná da un adelanto de la alegría mesiánica.

El hijo de Régulo: curación del hijo de un funcionario real (Jn 4, 46-54)

La curación del hijo de un funcionario real ocurre de nuevo en Caná. Los capítulos del 2 al 4 comienzan y concluyen con un signo en Caná.

Jesús da vida al hijo de un pagano, con una resonancia y frases muy similares a Elías en el pasaje de la viuda de Sarepta (1Re 17, 43)

En estos capítulos se ha ampliado sucesivamente el alcance de la salvación: Nicodemo representa a los judíos, la mujer a Samaría y finalmente el hijo del funcionario a los paganos.

Curación del paralítico de Betzata (Jn 5, 1-15)

La curación de Jesús no es solo para el cuerpo “Levántate, toma tu camilla y anda” (Jn 5, 8). También al corazón: “Mira, estás curado; no peques más, para que no te suceda algo peor.” (Jn 5, 14)

Multiplicación de los panes (Jn 6, 1-15)

Este es uno de los relatos en los que el Evangelio de Juan se aproxima a la tradición de los otros tres evangelios.

Es especialmente importante que la multiplicación esté relacionada con el discurso del «pan de vida». También podemos ver la secuencia entre la enseñanza, la palabra que Jesús transmite primero y el hecho de proporcionar también después el pan comer.

Es imposible no ver en este relato una representación de los gestos de Jesús en la última cena.

Caminar sobre las aguas (Jn 6, 16-21)

Como en los otros evangelios, los discípulos se enfrentan solos a un mar agitado, representación de su estado interior o los problemas de las comunidad que lee el relato.

Jesús acude a reunirse con ellos a reconfortarlos y acabar con sus miedos.

El ciego de Siloé: curación del ciego de nacimiento (Jn 9, 1-7)

Se trata del relato de un milagro de curación que mejor nos muestra su sentido como catequesis.

En la lectura podemos observar cómo el ciego pasa a ver y cómo su fe va progresivamente avanzando. Mientras tanto, y también progresivamente, los responsables judíos van cegándose y endureciéndose hasta que queda evidente que ellos son los ciegos.

La resurrección de Lázaro (Jn 11, 38-44)

El relato de la resurrección de Lázaro es central en el evangelio de Juan. Es uno de los motivos de la condenación de Jesús a muerte por parte de los dirigentes religiosos.

Es el séptimo de los signos de Jesús, adelanto de la victoria de Jesús sobre la muerte.

Para profundizar y compartir

Proponemos un plan de trabajo para el relato del ciego de nacimiento:

1.   Hacer un plano detallado del episodio.

2.   Referirse a los pasajes sobre la ceguera espiritual y sobre la apertura de los ojos en los tiempos mesiánicos (Is 29, 18; 42, 16-20; 43, 8).

3.   Cómo el ciego va caminando progresivamente hacia una fe completa; y, al revés, cómo la sinagoga se va endureciendo.

4.   Observar de pasada los rasgos que dan al relato un carácter pintoresco o los que señalan la división de los espíritus ante las obras de Jesús.

5.   Sentido de la conclusión (9, 39-40).

6.   Comparar con otros pasajes del evangelio en que se trata de la luz y las tinieblas (prólogo; 3, 1 9-21; 12, 35-36; 12, 46).

Foto: Getty